06 Nov
06Nov

El hecho de que este libro acumule más de 100.000 ejemplares vendidos no es ninguna casualidad: un autor joven, un libro joven y un arte del suspense oscuro muy antiguo en una conjunción altamente sorprendente. A día de hoy, esta obra de Javier Castillo es todo un foco de atención para los amantes del suspense.

“El día que se perdió la cordura” es un thriller frenético y trepidante. Me parece brillante la humildad y la versatilidad de este autor. Llama la atención el hecho de que se trate de su primera novela y, sobre todo, que la haya escrito en año y medio con tan solo veintiséis años.

Centrándonos en el argumento, éste parte de un hombre que aparece en el centro de Boston en diciembre de 2013, caminando desnudo y sujetando con su mano la cabeza de una mujer.  Es trasladado inmediatamente a un centro psiquiátrico cuyo director, el Dr. Jenkins, pronto descubrirá que se encuentra más relacionado con este asesinato de lo que él podría jamás imaginar. Stella Hyden, agente del FBI y colaboradora en la investigación, será pieza clave en la resolución del misterio. Aparecen también en escena Steven y su familia que harán al lector retroceder a junio del año 1996, donde parece que hay una relación muy íntima con unos hechos macabros que pronto resultan no ser un caso aislado y que están relacionados con la aparición de unas notas con los nombres de las víctimas junto a un símbolo muy característico, un asterisco de nueve puntas.

Es muy sorprendente la capacidad de Javier Castillo de llevar la cordura a la locura y la locura a la cordura en un mundo donde las apariencias son realmente engañosas. La inexistencia de límites, la inevitabilidad del destino y la conspiración, así como el comportamiento de la mente enferma y su capacidad para sumar adeptos son los principales hilos conductores de esta obra. 

Coexisten en esta novela tres voces narrativas, la de Jacob y Steven en primera persona y la de un narrador omnisciente que va completando la historia. La trama se configura con saltos en el tiempo, presente y pasado, que llevarán al lector a una intriga desmesurada por conocer el verdadero origen de un terror que nace en Salt Lake en el año 1996 y que sigue vivo diecisiete años después. Esta tarea, que a veces puede resultar confusa y descolocar la contextualización, resulta, no obstante, facilitada por el propio capítulo que sitúa temporal y espacialmente los hechos narrados en él.

Como aspecto negativo, es justo destacar que la trama hubiese agradecido una mejor configuración de los personajes, en concreto y en mi opinión, el de Stella Hyden, a la que hubiese dado un mayor protagonismo, así como el Dr. Jenkins, perfilado personalmente de un modo demasiado liviano. Aún así, en contraposición, el personaje de Jacob me resultó muy atractivo.

La corta extensión de los capítulos hace la lectura muy ágil, si bien, cabe destacar que esto también hace que la narrativa resulte, en ocasiones, un tanto pobre.

Hay muchos datos curiosos que el propio Javier Castillo recoge al final del libro relacionados gran parte de ellos con la trama y las referencias que en ella se contienen. No obstante, me gustaría rescatar estas palabras sobre el estilo narrativo que se identifican a la perfección con mi propia percepción de la lectura.

Está escrito avanzando en una complejidad narrativa. Al principio es una lectura coloquial, sin muchos expresionismos, decoraciones y creando un texto ágil. Conforme avanza la novela, va profundizando en construcciones gramaticales más complejas y con un lenguaje más cuidado.”

Es cierto que al principio me parecía un libro poco cuidado, como he adelantado al inicio, inmaduro, demasiado joven. Sin embargo, esa sensación iba desapareciendo a lo largo de la lectura y es sorprendente encontrar esa misma singularidad escrita como una característica posiblemente estudiada por parte del autor, aunque tengo mis reservas en este punto. Estoy segura de que el estilo de este autor irá madurando con el paso de los años y superando la calidad literaria de esta obra.

En cualquier caso, es un libro que como amante del género negro he disfrutado muchísimo, que me ha generado gran intriga y cuya lectura recomiendo encarecidamente. Una obra que merece la pena leer y que ofrece un final abierto muy impactante después de muchos giros y sorpresas de la trama. 

Aquel lector que haya disfrutado con este libro y se haya quedado enganchado a este final tanto como la que suscribe, debe saber que el día 11 de enero del próximo año saldrá a la venta la continuación de esta obra titulada “El día que se perdió el amor” y que ya se puede reservar en Amazon para recibirlo el mismo día de su lanzamiento.

¿Y tú? ¿Alguna vez te has puesto delante del espejo y te has preguntado quién eres?

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