08 Sep
08Sep

Hoy venimos con un thriller psicológico que estoy segura de que os sorprenderá. En mi blog encontrareis algunos libros como éste que he leído en versión original, ¡me encantan! Si sabéis idiomas y tenéis la oportunidad de encontrarlos, no lo dudéis y compradlos, a veces con las traducciones se pierden detalles fundamentales y parte de la esencia de lo que el autor ha querido transmitir.

A priori, la historia de una casa inteligente que se adapta a las necesidades de su inquilino hasta el punto de preocuparse por sus necesidades vitales puede resultar o bien demasiado compleja o bien demasiado simple. La casa es capaz de aprender las rutinas de los inquilinos, detectar las necesidades de luz, sonido o temperatura y tiene el máximo nivel de eficiencia energética. A su vez, tiene sus propias normas (no están permitidos adornos, libros, cuadros, alfombras, niños, mascotas, no se puede plantar en el jardín, todo debe estar milimétricamente ordenado y el mobiliario y enseres personales está reducido a un minimalismo casi enfermizo) y monitoriza cada uno de los movimientos de sus inquilinos, dejándolos sin ningún margen de privacidad. Tales normas impuestas por el dueño, un arquitecto muy famoso y muy atractivo, son innegociables y de obligado cumplimiento, a cambio, es necesario superar un cuestionario psicológico muy exhausto para poder ser admitido y un precio de alquiler muy por debajo de su valor material real.

 La historia se mueve con saltos entre las vidas de dos protagonistas femeninas, Emma, la primera inquilina, y Jane,  la actual, que intentará desentrañar la muerte en extrañas circunstancias de Emma en One Folgate Street, algo que la obsesionará y la llevará a un punto psicológico crítico de no retorno. A mí me pareció una idea bastante original tanto antes de comprarlo como después de leerlo, ya que es muy diferente a cualquier cosa que hubiese leído antes. Además te hace pensar en la simplicidad, el exceso de cosas materiales a las que nos aferramos y la profundidad de los propios miedos.

Lo único que “mejoraría” de esta novela es el número de personajes, al ser tan reducido hace que el final pierda un poco de emoción ya que las teorías se simplifican y pueda deducirse con facilidad. Pese a ello, merece la pena leerlo y os sorprenderá cómo os meteréis en el mundo minimalista y absorbente de One Folgate Street.

El libro comienza con la primera pregunta del cuestionario que debe completarse para vivir en esta casa:

“Por favor, haga una lista con todas las posesiones que considere imprescindibles en su vida”.

¿Cuál sería la vuestra? Os animo a que la hagáis antes y después de leer este libro. Ojalá el autor nos desvelase las respuestas de Emma y Jane en próximas entregas y pudiéramos conocer más a fondo a estas dos chicas. De momento, ¡contadme vuestras respuestas!

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