02 Oct
02Oct

Esta publicación va dedicada a un libro que me ha resultado muy desconcertante y respecto del que he dudado y reflexionado mucho antes de escribir este reseña.

“Animales domésticos” se engloba dentro de una narrativa que bascula entre el misterio y la erótica aderezados con ciertas notas de thriller psicológico que hacen de ella una lectura muy singular. El argumento principal es la infidelidad y el tratamiento de las emociones límite que se provocan en torno a ella.

Algo que me parece fascinante es la elección de la perspectiva a la hora de abordar este tema y es precisamente por este motivo por el que le concedo mayor valor a esta obra. Como la propia autora reseña en su nota final, destripa la infidelidad y la lealtad en las relaciones amorosas desde el ángulo del morbo, del instinto más primitivo del ser humano, desde su lado menos racional, desde las emociones más básicas del ser humano que, como ya apunta en su propio título, nos asemejan a los animales.

La protagonista de esta historia, Abigail, descubre las numerosas infidelidades de su marido y lo que, a priori, califica como depravación, perversión, maldad e incluso psicopatía en su compañero de vida, la llevará a una obsesión por adentrarse en dicho mundo para comprender el por qué de la actitud de Fernando. En este camino descubrirá emociones muy profundas generadas por el objetivo de alcanzar una “venganza” que ni ella misma conoce realmente en qué consiste generada por la humillación y despecho que siente. Al mismo tiempo, su marido seguirá ocultándole todo aquello que ya sabe y formará parte inconsciente de su juego de contradicción.

En una de sus oscuras andaduras por este camino, Manu, su compañero de trabajo y amigo le advierte de que: “Somos animales. A veces salvajes, otras domésticos. Esta filosofía es más sofisticada de lo que parece a priori; los liberales parten de la base de que, para sostenerse, la pareja necesita variedad sexual y el peligro está en actuar a espaldas del otro.”

Sobre esta base, Teresa Viejo parte de una concepción de la infidelidad que roza los límites de la toxicidad, si bien y dado que el leitmotiv de esta obra es precisamente no caer en juicios racionales ni tópicos sobre el amor, sino analizar y estudiar una realidad más oscura del ser humano que quizá sea más digna de estudio psicológico que de opinión o valoración personal, solo creo procedente reseñar este extremo sin ahondar más en él.

En general y como ya adelanté al inicio de esta reseña me resultó una obra desconcertante por cuanto no fue hasta casi pasada la mitad de la lectura cuando logré encontrar mayor interés en ella, al principio me resultaba demasiado simple y no terminaba de encajar el propósito de la autora. En contraposición, una vez alcanzado ese punto es justo destacar que la trama adquiere un atractivo que desemboca en una impaciencia feroz por llegar al desenlace.

El final es auténtico, el hecho de que la autora no haya pretendido lo que la propia Teresa define como un desenlace convencional dota de un mayor valor global a esta obra. Así lo explica la propia Abigail en el capítulo final:

“Si este texto se tratase de una novela al uso contaría con un final que el autor habría pergeñado convenientemente para ella. Pero no lo es, y como tal presenta un devenir incierto. Si observáramos un período concreto en la vida de un grupo de personas, comprenderíamos la dificultad de precipitar sus historias mediante un final. Lo normal es que algunos de sus conflictos continúen, otros se encaucen y unos cuantos se anuden con ojeriza.”

¿Alguien que la haya leído? ¿Qué opinión os merece a vosotros este relato sobre la infidelidad y la lealtad?

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