La publicación de hoy versa sobre un libro de Carlos Montero con el que tropecé de casualidad y compré casi por inercia hace unas pocas semanas y que fue Premio Novela de Primavera en el año 2016.
La historia de esta novela está ambientada en Galicia y nos habla de la historia de Viruca, una profesora de Literatura que aparentemente se suicidó, movida por el acoso al que estaba siendo sometida en el instituto en el que trabajaba en el pueblo de Novariz (para aquellos curiosos, no existe realmente, pero encaja perfectamente en la descripción de cualquier pueblo orensano).
Es en la piel de Raquel (o Quela), la nueva profesora sustituta, donde experimentamos la adrenalina que impera en toda la novela y que trata de descifrar qué le pasó en realidad a Viruca.
Mauro, ex marido de Viruca y Germán, marido de Raquel, serán piezas clave en la resolución este puzle en el que son demasiados los sospechosos, incluidos tres alumnos del instituto: Iago, Roi y Nerea, aparentes brazos ejecutores del acoso.
La trama está íntimamente relacionada con el ámbito del acoso escolar, la adicción a las drogas, el peligro de las redes sociales y los problemas de la adolescencia. Por su parte, la prostitución y los abusos sexuales son temas que se tratan con una excelente calidad en la configuración de esta novela.
Me ha parecido una novela absolutamente increíble, y ello por varios motivos: incluye temas de actualidad, hay un gran manejo del suspense y la historia es verdaderamente interesante. Como buena amante del género negro, recomiendo sin ningún atisbo de duda la lectura de este thriller psicológico tan frenético. Son muchos los detalles, giros, personajes y lugares clave que atraparán la atención del lector a medida que los vaya descubriendo.
La novela está contada en primera persona de la mano de Raquel, un personaje imperfecto con el que es muy fácil empatizar y que pronto se hace adictivo. Sus problemas personales, entre los que se hallan la muerte de su madre y las infidelidades a su marido, la caracterizan como una gran mujer, con sus debilidades, pero con grandes fortalezas, que al final será quien consiga averiguar qué le pasó en realidad a su predecesora, sufriendo la amenaza en su propia piel.
No conocía el estilo de este autor y es la primera novela suya que leo, pero creo que tratar con éxito cuestiones tan complejas como eje central de esta obra requiere de una gran sensibilidad que, sin duda, está presente en Carlos Montero.
La tensión narrativa se mantiene a lo largo de toda la obra y el final, nada obvio en mi opinión, se abre camino de una forma arrolladora. En este punto, sí he echado de menos un mayor desarrollo y ahondamiento en la situación personal de un personaje clave. No puedo añadir más detalles para no privar al lector de ninguna sorpresa, aunque cuando descubra el final, sabrá sin duda de quién estoy hablando. Este personaje determinante en el desarrollo de los hechos que rodean a la muerte de Viruca, una muerte de la que, por cierto, también quedan algunos flecos sueltos, hubiera merecido, en mi opinión, más dedicación. Por lo demás, es una gran obra digna de lectura para aquellos que aún no lo hayan hecho.
¿A qué estáis esperando? ¿Alguien más que haya leído esta obra de Carlos Montero? ¿Habéis leído “Los tatuajes no se borran con láser”? ¿Qué opinión os merece este autor?