03 Oct
03Oct

“El mapa de las prendas que amé” es un libro sobre el que, por su singularidad, he decidido hacer esta reseña si bien he de adelantar que no me terminó de despertar aquella sensación de placer plena que suelo buscar al terminar de leer un libro.

Elvira Seminara es una autora italiana que recoge en esta obra una reflexión sobre las relaciones materno-filiales a través de la ropa y otros objetos materiales en los que una madre deja marcados sus propios recuerdos y en los que integra toda una serie de consejos vitales dirigidos a su heredera, con la que tiene una relación completamente rota.

Eleonora es la madre de Corinne y, a través de un viaje por las numerosas prendas que deja a su hija en un piso de Florencia en herencia, le cuenta toda una historia de emociones, recuerdos, sentimientos y experiencias vividas que espera que la acerquen a ella de nuevo, así como el perdón y la reconciliación esperados después de tantos años.

Por su parte, Corinne se muestra en esta novela como un personaje que no responde a las declaraciones de su madre aunque jugará un papel fundamental al final de la novela que no revelaré para que el lector pueda descubrirlo por sí mismo si se decide a leer esta obra.

De prenda en prenda se va desnudando Eleonora en una especie de carta-inventario en la que va expiando su culpa, explicando sus razones y destripando todo un mundo de emociones vinculadas a su intimidad más profunda. El uso de las prendas como parte complementaria de nosotros mismos es una idea que me atrajo desde el principio de esta obra, comparto fielmente la idea de que parte de nuestra esencia queda reflejada en nuestra apariencia física, la imagen que mostramos a través de nuestra vestimenta según nuestro estado de ánimo y los sentimientos que nos provocan unas u otras prendas, que hacen que tengamos incluso una especie de cariño o vínculo especial con alguna de ellas.

Como algo negativo, destacaré que es una novela en sí contradictoria, a veces desordenada y carente de un sentido lógico. La prosa empleada está impregnada de sobriedad, algo que no suele ser un punto negativo para mí, pero en este caso he de decir que el argumento es, en ocasiones, repetitivo y a su vez incompleto. 

A su favor, el uso de metáforas es sublime y, en contraposición con algunas otras, hay partes de la novela que son de una excelente calidad literaria.

La historia sobre la familia y el amor desde una perspectiva maternal tan personal es valorable en esta novela, es una lectura bonita aunque es cierto que no estaría entre mis primeras recomendaciones dentro de este género.

¿Y vosotros, seríais capaces de hacer un mapa como éste? ¿Qué prenda situaríais en primer lugar?

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