“El monje que vendió su Ferrari” nos cuenta la historia de un abogado que sufre un infarto en mitad de un juicio y decide dejarlo todo para irse a la India a reconducir su propia vida. La huida de una vida marcada por el estrés, el dinero y la obsesión con el trabajo y el éxito profesional son algunas de las cosas que llevan a Julián Mantle a iniciar una búsqueda espiritual bajo el refugio de las montañas del Himalaya y viejos sabios del lugar.
Es una fábula espiritual que habla de los excesos de la vida actual a los que nos aferramos creándonos una excesiva dependencia y de las falsas necesidades que nos dominan, todo ello en contraposición a la simplificación de la propia existencia y el consecuente descubrimiento de la verdadera paz interior que encuentra el protagonista junto a los monjes budistas de Oriente.
Resulta sorprendente la capacidad de descripción de nuestra sociedad actual de un modo tan real, indefectiblemente marcada por relojes, prisas, trabajos que nos absorben todo nuestro tiempo y pensamientos tóxicos que nos invaden en ciertas ocasiones de una infelicidad no merecida.
Julián Mantle vuelve a casa después de tres años de aprendizaje y convivencia con los monjes budistas para “enseñar” a su joven socio lo que ha aprendido en la India. Se articula así toda una trama que reposa sobre una serie de virtudes que se presentan como consejos para conseguir una existencia plena así como la paz y el equilibro interiores. Entre ellas podemos encontrar el control de nuestra mente asociado a la idea de que la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros pensamientos; la práctica del “kaizen” como búsqueda del equilibrio entre cuerpo, mente y alma); el respeto del tiempo propio y la vivencia plena del presente, que podríamos poner en relación con una tendencia muy actual de nuestra sociedad conocida como “mindfulness”.
Si bien este libro engloba todo una vivencia personal a través de un abogado entregado a una causa espiritual como ésta, me recuerda un poco a “Minimáximas”, un libro de Manfred Prior que contiene una especie de guía para profesionales de la psicoterapia pero que puede ser leído por cualquiera que desee mejorar la calidad de sus pensamientos desde el punto de vista de la importancia de la estrategia de programación neurolingüística y cuya lectura recomiendo a cualquier persona.
Como ya habrá podido descubrir el lector si ha leído ésta y alguna otra de mis publicaciones, el mundo de la Psicología y el funcionamiento de la mente humana están entre mis verdaderas pasiones. No obstante, he de reconocer que no suelo leer libros de motivación y autoayuda tan puros como éste, pero tras acabar esta obra de Robin Sharma entendí todas las recomendaciones sobre él con las que me había encontrado.
Para concluir esta reseña y como defensora incondicional de uno de los mantras fundamentales de este libro, me quedo con esta frase de Sharma: “La verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente.”
¿Habéis leído esta obra? ¿Qué os ha parecido? ¿Os gusta este género literario?