11 Sep
11Sep

La entrada de hoy está relacionada con un thriller histórico de Isabel San Sebastián que comienza con un preludio situado en el año 1944 en el que narra la ejecución de un abogado judío a manos del régimen nazi en Budapest. El motivo, un cuadro desconocido de El Greco que colgaba en su salón. De este modo, el expolio de obras de arte llevado a cabo por el régimen nazi será el hilo conductor de esta trama.

A partir de ahí, la novela se sitúa en el presente y tiene como protagonistas a Carolina Valdés, una especialista en arte que participa en la subasta multimillonaria de esta obra, y Philip Smith, un taxista neoyorkino que afirma ser el legítimo dueño de dicho cuadro.

Es un libro fácil de leer si bien la narración aunque es eficaz, en mi opinión, peca de ser un poco plana. Para mí es un claro ejemplo de libro en el que el final no cumple con las expectativas creadas

Como novela histórica tiene bastantes puntos fuertes, la trama se va desarrollando en ciudades tan dispares como Nueva York, Budapest, Madrid, Toledo, Londres o Boston. El contraste creado es muy llamativo y, para los amantes de los viajes, deja muchas reseñas de interés. De igual forma, teniendo como temática principal la Segunda Guerra Mundial y el holocausto judío, nos revela la participación de España en este hito histórico como las dos caras de una misma moneda, desde la perspectiva de figuras como Ángel Sanz de Briz, que salvaron a millones de judíos de ser ejecutados de forma anónima y desinteresada, en contraposición al plano germanófilo que ocupó España dando refugio, ayuda e incluso puestos importantes a muchos nazis en la sociedad española una vez perdida la guerra.

Si os gusta este género, es una novela muy descriptiva y enriquecedora desde el punto de vista histórico. También encontramos en ella pinceladas de amor, aventuras y acción en un plano secundario que, en ocasiones, refrescan la lectura.

Por si alguien se lo pregunta, y aunque nos gustaría poder contemplarlo, el cuadro al que hace referencia esta obra es ficticio. La buena noticia es que El Greco nos dejó un gran legado que este libro nos animará a querer disfrutar. Como decía un tal Cervantes:

“Toledo, solar hispano, crisol de la raza íbera. Dichoso aquel que naciera español y toledano". 

¿Y a vosotros, los libros os dan tantas ganas de viajar como a mí?

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