Mundialmente conocido por sus obras de corte romántico, Haruki Murakami es toda una autoridad reconocida en este género literario.
Aunque se trata de una novela publicada hace bastantes años, una obra que me encanta de este autor es “Norwegian Wood”, aunque puede que el lector la conozca por su título en español “Tokio Blues”, siendo esta novela de las más famosas de este autor y gracias a la cual su influencia ha llegado y, a día de hoy, aún sigue llegando a tanta gente.
Confesando otra de mis manías lectoras, reconozco que siempre leo a Haruki Murakami en inglés, pero además de la rutina propia, en este caso considero que incluso el propio título de esta novela es más bonito y simbólico en este idioma, ya que es fiel al título japonés original “Noruwei No Mori” (traducción de “Norwegian Wood”). Este título fue precisamente elegido por el autor en honor a la canción de Los Beatles del mismo nombre que aparece en diferentes pasajes de esta novela y que constituye el punto de partida de toda la trama desde la piel de su protagonista. De este modo, si alguien tiene la posibilidad de hacerlo, recomiendo encarecidamente leer esta obra en inglés.
En cuanto a su contenido, esta novela romántica gira en torno a la reflexión sobre la vida del propio protagonista Toru Watanabe, a su vez, narrador en primera persona, tras cumplir los 37 años. En esa reflexión surgida a partir de escuchar la canción "Norwegian Wood", vuela a los años de su adolescencia en Tokio y rescata de su memoria el recuerdo de dos de sus verdaderos amores, invadido por la sensación de haber desperdiciado su vida.
Naoko y Midori son las protagonistas femeninas más importantes de esta trama. La relación amorosa que une a ambas con Toru es especial en los dos casos. La primera, ex novia de un amigo en común que se suicidó con tan solo diecisiete años, y la segunda, convertida en la novia de Toru mientras Naoko estaba interna en un sanatorio mental, configurando un triángulo amoroso muy peligroso. Una tragedia relacionada con una de esas dos protagonistas va a marcar el devenir de Toru muchos años después de haber perdido cualquier contacto con ellas.
Con el desarrollo de la trama, el autor irá revelando al lector el gran fondo trágico de esta novela, marcado por la muerte, el desamor, la nostalgia, la inocencia, la locura o el sexo.
Es una novela cargada de emocionalidad y de un sentimiento romántico muy característicos. No obstante, la concepción del amor aquí descrita se engloba en unas relaciones un tanto tóxicas, nutriéndose así la ficción de unos tintes melodramáticos que configuran una historia desoladora.
Respecto de la configuración del desenlace, y aunque no soy demasiado defensora de los finales abiertos, Murakami acierta con esta fórmula ya que encaja perfectamente en la armonía de esta obra.
También es una novela con grandes enseñanzas. Entre las muchas que contiene, destacaría la consideración de la muerte como parte fundamental de la vida, la necesidad de atrapar las oportunidades de felicidad que se nos presentan y la necesidad de gestionar y asimilar, igualmente, la propia tristeza.
La lucha frente a la adversidad también encuentra en Reiko, compañera de psiquiátrico de Maoko (un personaje que odié y disfruté a partes iguales) un gran exponente.
En mi opinión, es una obra fundamental que debería estar presente en cualquier librería que se precie, incluso aunque el género romántico no sea su principal fuente, como es mi caso. Los amantes del cine también pueden encontrar la adaptación cinematográfica de esta obra que fue estrenada en el año 2010.
No dejéis de escuchar “Norwegian Wood”, la canción tan bonita de Los Beatles que constituye la banda sonora de esta obra.