Hoy os hablo de un autor que yo considero un genio dentro de la novela negra. César Pérez Gellida es el autor de una obra magistral titulada “Versos, canciones y trocitos de sangre, una trilogía integrada por las entregas tituladas “Memento mori”, “Dies Irae” y “Consumatum est”.
Aunque fue publicada en el año 2013, no puedo dejar de hacer una publicación sobre esta trilogía, ya que como he adelantado, César Pérez Gellida representa toda una autoridad dentro de este género y bien merece este humilde hueco en “In my book”, ya sea para refrescar la memoria de todos aquellos que la leímos en su día, así como para animar a quienes aún no lo han hecho a dar el paso.
Para mí lo mejor de estas obras es, sin duda, es la forma brillante en la que el autor desentraña el funcionamiento de la mente criminal dotada además en este caso de una inteligencia sublime en el personaje de su principal protagonista.
Una de las particularidades más características y común a todas las entregas es el hecho de que el lector conoce desde el principio al propio asesino, un sociópata narcisista influenciado y obsesionado con la música actual y las grandes obras de la literatura universal, Augusto Ledesma. La trama se nos presenta así desde una doble perspectiva, la del asesino y la del inspector Ramiro Sancho, un personaje adictivo y que siempre tendrá un hueco en el corazón de esta humilde lectora.
Asimismo, la convergencia de dos narradores, uno en tercera persona y otro en primera persona para meternos debajo de la piel de Augusto Ledesma, configuran una lectura con un ritmo trepidante, ágil y muy adictivo.
Abundan también los latinejos y las constantes referencias culturales, tanto literarias como musicales, que representan un punto más a favor de esta lectura con banda sonora incluida.
Solamente dejo unas pequeñas pinceladas de cada uno de los títulos que integran “Versos, canciones y trocitos de carne”, puesto que merece la pena que sea el lector el que descubra todas las genialidades de esta trilogía en base a su propia lectura.
Memento mori.
La primera entrega está ambientada en Valladolid, ciudad natal del autor, de la que, por cierto, hay muchos puntos de interés que anotar si tenemos prevista una visita a la capital castellanoleonesa.
Esta novela se centra en torno a “la investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuerpo han encontrado unos versos amenazantes”, citando su propia sinopsis.
Aunque el final es deducible tal y como se van desarrollando los acontecimientos, no hay ninguna duda de que la intriga se mantiene hasta el desenlace.
Dies irae
Esta segunda parte comienza en Trieste (no diré el por qué para no descifrar parte del argumento) y mantiene toda la tensión y el ritmo de su predecesora, si bien he de destacar que, a mi parecer, no es la mejor de las tres entregas.
Consummatum est
Grindavik es la última ciudad elegida por el autor para situar las “hazañas” de Augusto Ledesma, aunque finalmente la trama volverá a desplazarse a Valladolid, la ciudad donde todo empezó y que, no cabe duda, que representa todo un guiño del autor a un lugar muy especial para el propio Pérez Gellida.
El final de esta trilogía es de verdadero infarto y con una característica básica, es un final cerrado, algo que en mi opinión representa un gran acierto. No hay mejor manera de cerrar esta trilogía que con ese epílogo final, una delicia para los amantes de la literatura y de la novela negra.