El mundo digital ha cambiado nuestra cultura y no podemos sino adaptarnos a esta transformación, evolucionar a su lado. “La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante”, dijo Kierkegaard. Internet es una puerta informativa al alcance de todos y, asumiendo sus inconvenientes, debemos sacar beneficio de esta circunstancia.
Al margen de cuestiones esenciales como la importancia de un buen marketing digital o el posicionamiento del espacio en el gigante Google, el hecho de que un blog sobre moda tenga millones de seguidores en redes sociales es relativamente fácil, ahora bien, que un blog o espacio sobre cultura los consiga, es mucho más complicado. Esto lo dice una chica de veintiocho aficionada a la moda y asidua a aquellos espacios de actualidad, los que le gustan entiéndase.
El lector se preguntará si esta publicación es una promoción de la web literaria Zenda o un soliloquio sobre el desencanto con la gestión del patrimonio cultural en este país entendido en términos de cuota personal asignada a cada uno de sus habitantes. La respuesta es probable que contenga una mezcla de ambas. España sigue teniendo un problema cultural y sigue teniéndolo porque el planteamiento está mal enfocado desde el inicio, porque “la solución es el problema”. Resulta una obviedad, y ésta siempre tiene un límite a partir del cual empieza a considerarse estupidez, decir que España tiene grandes escritores, artistas y personajes relacionados con el mundo de la cultura. Lo que no lo es o a mí no me lo parece es que estos están en un cosmos de “semivisibilidad” respecto del resto de habitantes de este país que resulta preocupante.
ZENDA es uno de esos espacios en los que la cultura es mimada con suma dedicación, que reúne a un ingente número de verdaderos maestros y que debería ser de exposición obligada en cualquier medio digital que se precie y aspire a ser merecedor real de una visita, cualquiera que sea su temática. La suscripción a su newsletter también es muy práctica para recibir todas sus novedades en el correo.
¿Qué ofrece Zenda para ser uno de los espacios culturales libres más ricos de nuestro país? Es completo, dinámico y con una gran frescura, un proyecto vivo que se actualiza y renueva constantemente.
En el apartado “Firmas” encontramos espacios propios de grandes escritores de nuestro país, como Javier Marías, Marta Querol o César Pérez Gellida, entre otros. Mi favorito de esta sección, sin duda, “El bar de Zenda”. Es el sitio de Arturo Pérez-Reverte con los artículos de opinión que publica en su sección de la revista XL Semanal “Patente de Corso” y, aunque no puedo valorarlo objetivamente porque la admiración y la pasión por algo o alguien nublan la imparcialidad, destacaré que es un espacio sobresaliente.
La sección “Creación” es indispensable para todos aquellos que quieran estar al tanto de las novedades literarias e incluye fragmentos de obras recién estrenadas.
Dentro del apartado “Libros”, dividido en cinco categorías que hacen más dinámica nuestra búsqueda, se reportan críticas literarias de una altísima calidad que recomiendo en una proporción del cien por cien. Gracias a Daniel Heredia me hice con “El color del silencio” hace unos días.
En la parte de “Actualidad”, encontramos una miscelánea de noticias, entrevistas, concursos y un espacio que me atrae sobremanera titulado “Viajes Literarios” cuyas novedades siempre ando esperando y siempre reviso antes de organizar una nueva escapada.
Por último, bajo la rúbrica de “Prisioneros” se engloban publicaciones de una mezcla de autores y escritores “amateurs” o simplemente amantes de los libros quizá no tan conocidos pero cuyo descubrimiento merece la pena.
Una vez desglosado el contenido de este espacio brillante desde el punto de vista de esta lectora de forma básica, y como cierre de esta publicación dejo una reflexión sobre la necesidad de acercar la cultura a la gente tal y como planteaba al inicio de esta publicación.
Si cada uno de nosotros recomendásemos este espacio a nuestros amigos y solo uno de ellos hubiese encontrado un libro que leer o una sonrisa que esbozar en esta página, ¿acaso no sería esa la mejor forma de difusión de la cultura? Recordad, tan importante es el que escribe como el que lee, el que enseña como el que aprende. ¡Pasaos por este espacio, os gustará!